Psicosis

Son las tres de la mañana y me levanto en cuatro horas. No es una novedad.

Quería escribir uno de mis hiperbreves, quizás uno que empecé el otro día en un estado de Facebook, pero ni siquiera lo recuerdo y me da pereza cerrar mi cuenta "de verdad" y cambiar a la otra (la de Iro) para mirarlo, así que dejémoslo y vayamos a la película porno en 3D que se estrenó el otro día en Madrid, que fue peor de lo que pensaba. Es más, diría que fue lo peor que he visto en un cine. Dios mío, ni el detalle del champán con fresas podrá hacerme olvidar esa mala experiencia de saberme rodeada de modernas aplaudiendo ante las corridas de los actores. Qué espectáculo más lamentable, por favor. Tanto revuelo, tanto souvenir a la entrada, tanta parafernalia de photocall y dresscode, para nada. El sonido, pésimo. El montaje, soporífero. El guión, mediocre. De las escenas sexuales, ni hablamos. Vaya panorama.

Otra modernez que me consume es el marketing en los social media. Todas las marcas se están haciendo como locas su Twitter. El boom ha estallado en España. A algunos se les ha ido de las manos. A mí me joden los estudios de mercado vía Facebook, los perfiles falsos que se crean los publicistas para conocernos y endiñarnos los productos de sus clientes. Nos espían por todas partes, ya no Google o Hacendado, sino ¡empresas de comunicación!

Yo emigro del planeta y de esta raza.

Filia

Me encuentro leyendo, un sábado por la noche, una fascinante entrevista a una famosa necrófila norteamericana. No puedo dejar de recomendarla. Me quedo con esto: "The cold, the aura of death, the smell of death, the funereal surroundings, it all contributes."

Lo más.

Estrenos

El canal Veo7 estrena hoy un programa dedicado íntegramente a Twitter. Pero ¿qué invento es éste? Espero llegar a tiempo del otro estreno del día porque no me lo pienso perder. Ay, madre, que nos estamos volviendo (más) locos todavía y huele a que es solo el comienzo.

Y lo peor es que me he enterado vía Facebook.

Veremos qué tal.

Nostalgia

El otro día volví a pisar el Escape y fue toda una experiencia, la verdad. Las lesbianas siguen siendo tal y como las recordaba: especiales. Y, ojo, que la connotación es negativa. Es divertido verlas interactuar y eso, pero un rato, nada más. Pronto me aburren y echo de menos un poco de acción. Menos mal que llevaba compañía.

Lo que me llevó a pisar ese antro fue Nía, por supuesto. Venía a pasar el fin de semana e insistió y, no sé, los seres queridos sufren antojos que no soportas y a veces tienes que ceder. Así es la vida. Cuando vi que le echaban la caña, puse pies en polvorosa y retomé esa maravillosa costumbre de follar en baños públicos. Los bares de maricones están mucho mejor preparados para el sexo en urinarios, y liarse con un bisexual con pinta de gayer te abre muchas puertas, chica. Vamos, que me fui. Nía llegaría a casa más tarde que yo, no obstante. Guarrillas...

Una siesta sería lo suyo.

Vecinas exhibicionistas

Ese programa tan, tan fetish, tan profundamente cargado de estética sadomasoquista (aunque el vulgo lo ignore), Curso del 63, sigue brindándonos material de portada para revistas de mala reputación. Yo, encantada. Es cierto que me pone mucho una braga vintage, pero la cintura de Ana Julia, sus tetas de goma y su Photoshop tampoco son para hacer ascos. Tremenda, la joven.

Por supuesto, no la recordemos llorando por la ropa que no quería ponerse porque nos lo baja todo. Una buena jartá de hostias le daba yo a la muchacha.

Desesperadas

Tengo unos dolores de espalda que me impiden, así, a priori, ser persona. Pero esta noche saldré y me emborracharé porque debo celebrar que I love Escassi es un reality lo suficientemente malo como para subsistir. Y con "suficientemente" me refiero a que roza la línea entre lo malo y lo peor. Gracias a Dios, no la traspasa. 

Larga vida a Telecinco.

Abrigarse.

Patio de recreo

Qué decepción. Venía contenta a leer los comentarios que estaba buscando con esa breve consternación epiléptica que me produce ese blog de divas felices que todos conocemos, pero me encuentro con simples e infundadas acusaciones de que este blog mío (nuestro, Nía, nuestro) es puro arte en mi opinión. ¿Cuándo he dicho yo eso? ¡Si soy la primera que dice que es la horterada máxima! Por Dios. La gente tiene una idea equivocada de la libertad de expresión y el sentido de la crítica. Si yo expreso mi animadversión hacia algo tuyo, tú no estás obligado a venir a poner a caldo algo mío, ¡y más si comparto tus comentarios! Desinformación, queridos.

En otro orden de cosas, insultar sin haber calado previamente a tu objetivo es una tarea jodida. No puedes venir a hablar de putas, mocos y pechugonas a una grandísima fan del sadomasoquismo y el sexo sucio. No puedes porque no la ofendes, vamos. Pero bueno. En realidad lo que más me ha impactado es lo de lesbiana cultureta porque, primero, no soy lesbiana; segundo, no soy cultureta. Gracias al cielo.

En fin.

Habilidades

Sigo dándolo todo con los podcast y con Sálvame. Es curioso. Lanzo contra la tele toda serie de improperios, pero escucho siempre los programas radiofónicos en el más absoluto de los silencios. También es cierto que muchas veces desconecto y me encierro en lo que esté haciendo en ese momento. Entonces me planteo mi fehaciente gen masculino, ese que me impide concentrarme en la realización de dos actividades simultáneas. Algún día elaboraré un estudio acerca de este caso concreto mío.

En Twitter está todo el mundo viendo el fútbol. Cómo se nota.

La gente a la que le da por huir.

Que fácil hacemos las cosas cuando no nos interesa, ¿a que si?
En esta puta sociedad del 2010 ya nos da absolutamente igual si tratamos con personas, con perros, con ratones, o con moñigos de mierda. Porque no sentimos ni un ápice de empatía por los seres con los que tratamos cada día. Nos importa un cojón el daño que podamos causar con nuestras palabras, nos importa aún menos, si se soluciona o no. Que coño, cogemos línea recta y para casa, sin mirar atrás por si salpica.
Eh! Tu, que aquí estas tanto tu como yo! No te olvides.
Que de lo que no hay que olvidarse, es de que básicamente si estas personas, están en nuestras vidas, es porque nosotros, somos los primeros en abrir la puerta para que entren, así que no vengan ahora jodiendo. Que para cagadas ya hace bastantes el gobierno y la oposición. Da la cara.

Que asco; el mundo lleno de cobardes.

De tripis

No vengo a hablar de los Oscar porque los premios me la traen floja. Tampoco de la mujer, gracias. Vengo a hablar de las modernas que se graban con el efecto espejo del Photo Booth y se cuelgan en YouTube con la convicción de que han producido una forma de arte cómico acojonante.

Deberían prohibir las drogas a la hora de usar internet. Todavía recuerdo el día que visité el blog de The Japihour; casi desarrollo un ataque epiléptico mortal. ¿Quién ha sido el desgraciado que se ha encargado del diseño de esa web? ¿En qué farmacia compra los analgésicos que consume vía cubata del Nike? ¿Cómo es posible que los efectos le hayan modificado la percepción de lo estentóreo y lo desagradable para la vista? Me entran mareos solo de recordar ese efecto mosaico, por el amor de Dios.

Tiquismiquis

Lavar la fruta es una práctica sobrevalorada. Ha rodado por la tierra, se ha caído por los suelos del supermercado, la han tocado todas las señoras del barrio. Estamos hablando de un producto que ha nacido estimulado por la química. ¿En serio creemos que un chorrito de agua va a aniquilar todas las bacterias que contiene? Venga, coño.

Y eso es todo lo que tengo que decir.