De vez en cuando entro en el e-mail de Ironías y me encuentro correos de esos que te mandas a ti misma, con el nombre "usuario" y tal. Son de Nía. Intuyo, vamos, porque nunca los firma nadie y yo suelo acordarme de lo que hago cuando llego borracha a casa. Normalmente, quiero decir. El asunto es que a veces los releo y no sé quién ha escrito cada línea, lo que me parece preocupante en exceso. ¿Cómo es posible? Yo tan altiva a la par que gañana y ella tan... ¿Ella, qué? Claro, como nunca escribe, no lo sabemos. ¡Ah, no, calla! ¡Si escribió ayer! Bueno. Es muy posible que tarde en volver a hacerlo, y entonces cambiaré el nombre y la plantilla y montaré mi blog de comedia bizarra y a mamarla. Ya veremos. ¡Ja!
Hoy vengo triste. Semejante pena me embarga que ni masturbarme puedo. ¿Y qué es un día sin orgasmos? No es nada. Resulta que me entero, vía información privilegiada, de que la monogamia existe. Vamos, que se sigue practicando y eso. Muy hardcore, sí. Respetable, como todo. Puede. Sí... A mi modo de ver, desde luego, supone un retraso, una limitación, una cláusula de un contrato antinatura. Las emociones, el deseo, no pueden regirse por contratos. Las personas no se pertenecen. ¿Con qué derecho? Es absurdo. No niego el instinto animal de posesión, pero tampoco el instinto animal de matar. ¿Por qué reprimimos a través de leyes o convencionalismos sociales algunos instintos? ¿Quién los escoge? ¿Por qué? ¿De dónde viene que sea lícito que "la justicia" actúe a favor del cornudo que pide divorciarse de su pareja? ¿Qué es la fidelidad? ¿Qué es la traición? ¿Quiénes somos para esclavizar al amor, al sexo, a nadie? Porque da igual que quieras mucho y no necesites. A lo largo de tu vida en común se te cruzará una situación, ésa. ¿Por qué negarse a ella? ¿Acaso el amor inmenso que sientes desaparecerá? ¿Por qué tu cónyuge debe sentirse malherido? ¿A quién le cabe en la cabeza una cosa así? Y ahora la pregunta más importante de todas: ¿por qué tú, por tu novia, puedes, "debes", reprimir las ganas que tienes de follarte a Fulana una noche, y yo no puedo negarme a tener una relación monógama sin que me etiqueten de puta, superficial, excéntrica y fría como un témpano de hielo? ¿Pero qué clase de invento de mierda es éste? ¿En qué coño de mundo estoy viviendo?
Bah... Me voy a buscar mi ración de soma antes de volverme tarumba, como los demás.
Muy buenas.
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