Favores

La gente es una indeseable. Los informáticos lo sabrán. Los diseñadores, los periodistas. Los abogados, incluso. Los policías. Se creen que porque les conozcas, ya ni porque seáis amigos, y trabajes en un sector concreto, vas a ayudarles gratuitamente en todo lo que te pidan. No, perdona. Mi trabajo se paga. A un precio especial, con huevos, en especias. Pero se paga. Son horas de mi tiempo que dedico a un favor que no me aporta ni tus gracias, casi. Infravaloras mi capacidad artística, mis contactos, mis conocimientos, mis dones, sea lo que sea que quieras aprovechar de mí. Es obvio que no tienes ni idea de las horas que puedo invertir o de los líos en los que me puedo meter. Eso a ti te da igual. Y no, chato. No tienes ni idea. Y no me vengas con que la amistad es eso. No lo es. En mi mundo, no. Vete con los tuyos, si estás en desacuerdo. No te jode.