Como sigan invitándome a cumpleaños personas de las que no sé nada, la tendré. ¿Por qué les gusta utilizarlo de excusa para verte, teniendo como tienen, aunque lo nieguen, tiempo de sobra para un café a lo largo de los otros cientos de días del año? ¿No es preferible un rato más tranquilo y personal que un evento multitudinario que imposibilita una charla íntima e interesante? Si no tienes tiempo para mí durante trescientos sesenta y cuatro días, lo siento, querida, yo no tengo tiempo para ti ese día trescientos sesenta y cinco porque, primero, no me sale de la punta del capullo; y segundo, has terminado para mí. Conmigo no va el rollo Roberto Carlos. Si quieres fardar de amiguitos en tu megafiestón, que sea con otros. Este detalle de invitarme ya me ha dicho todo lo que necesitaba saber acerca de ti.
Espera, un segundo...
ResponderEliminarYa, tachada de mi lista ;-)