Guetos

Tengo un sentido del humor que me impide encontrarle la gracia a las subastas virtuales que organizan personajes tan chabacanos como la Desgra. Afortunadamente. 

Me entero de su existencia y me vienen a la mente las subastas de esclavos que Wiseman describía en su libro de introducción al BDSM. Por favor, ¡eso sí es verdadero pragmatismo! Y eso que considero inconscientes a los sumisos que se arrodillan ante cualquiera, sobre todo a los que lo hacen de manera profesional, pero bueno, cada uno con sus cosas. El tema es que España es un país todavía en pañales en cuanto a fetichismos y encuentros sexuales. En Barcelona están Fosk y el Fetish de Dómina Zara; en Madrid no hay nada ya. Que me interese. Será ese ambiente familiar de "todos nos conocemos", que me parece inaguantable. El BDSM, el swingereo, el mariconeo... Todos constituyen pequeñas tribus delimitadas por ciertos lugares a los que siempre acude la misma gente que va con un propósito similar. Me aburre. Lo ideal sería una cierta integración, la posibilidad de salir una noche a una discoteca cualquiera y poder follar o jugar a un lado de la pista sin mayor problema. Contando, claro está, con el respeto que caracteriza a todo habitual de un local liberal; el usuario medio de un pub de Huertas imposibilitaría, como es lógico, una acción así. Mis mundos de Yupi.

Lo cierto es que Rihanna se graba en una mazmorra y Lady Gaga se enfunda en látex, la gente de a pie se queda maravillada pero te siguen llamando rarita a ti. Esto es así. Mientras tanto, ellos siguen haciendo el misionero con todo su amor, y a ti te follan atada con cinta americana mientras te escupen y te mean por el tubo de tu máscara de gas. Como comprenderás, hija, no hay color.